Aprende a Meditar

La meditación se basa en la premisa de que el estado natural de la mente es tranquilo y claro. Proporciona una forma de entrenar la mente para asentarla en este estado. La primera razón para meditar puede ser que queremos liberarnos un poco de la mente agitada que tenemos. Queremos descubrir la bondad fundamental de nuestra mente.

Bienvenidos al Centro de Meditación Shambhala de Los Angeles

Como seres humanos, buscamos formas de vivir en el mundo con dignidad y decencia. Shambhala es una comunidad mundial de gente que practica las tradiciones budista y Shambhala de vida iluminada, además de otras disciplinas contemplativas.

Hay más de 200 centros y grupos Shambhala en 30 países del mundo. Se puede encontrar más información sobre la actividad de Shambhala en todo el mundo pinchando en www.shambhala.org

Preguntas se pueden mandar por correo electronico a [email protected]

Meditación, práctica y estudio

Shambhala utiliza una variedad amplia de tradiciones contemplativas y ofrece una senda unificada de prácticas de meditación y estudio sobre prestar atención y darse cuenta tal como muestran los linajes Kagyü y Ñingma del budismo tibetano y las enseñanzas Shambhala.

Shambhala se inspira en las enseñanzas del Buda, además de maestros modernos como Chögyam Trungpa Rinpoche y Sakyong Jamgön Mipham Rinpoche.

¿Qué es la meditación?

La meditación se basa en la premisa de que el estado natural de la mente es tranquilo y claro. Proporciona una forma de entrenar la mente para asentarla en este estado. La primera razón para meditar puede ser que queremos liberarnos un poco de la mente agitada que tenemos. Queremos descubrir la bondad fundamental de nuestra mente.

Para hacerlo el primer requisito es ralentizar y experimentar la mente tal como es. A través de este proceso, empezamos a saber cómo funciona la mente. Vemos que dondequiera que la mente se fije (en la ira, en el deseo, en la envidia o en la paz) ahí también moramos nosotros. Empezamos a ver que podemos elegir en esta cuestión: no tenemos que actuar al ritmo de cada pensamiento. Podemos morar pacíficamente. La meditación es una manera de ralentizar y ver cómo funciona nuestra mente.

La mente sin entrenar es débil e inflexible. Vive en una zona cómoda. Cuando se intenta variar el límite de esa zona, reacciona convirténdose en más rígida. En cambio, la mente entrenada es fuerte, flexible, y trabajable. Como puede ir más allá de la zona cómoda, suele responder, no reaccionar ante los retos. A través de la práctica de meditación de shamatha (morada pacífica), podemos entrenar la mente para que sea flexible y esté sintonizada con lo que ocurre ahora. Podemos aplicar este aspecto trabajable de la mente a todos los aspectos de la vida, incluido nuestro trabajo, nuestras relaciones y nuestra senda espiritual. De modo que otra razón para meditar consiste en desarrollar una mente fuerte y sutil con la que podamos trabajar.

Es fácil asociar meditación y espiritualidad porque cuando experimentamos un momento de ese morar pacíficamente, parece que alcanzamos más. La mente ya no fluctúa, pensando en un millón de cosas. Sale el sol o nos llega una brisa maravillosa, y de pronto sentimos la brisa y estamos completamente sintonizados. Pensamos “¡esto es una verdadera experiencia espiritual! ¡Es una experiencia religiosa! Merece un poema, por lo menos, o escribir una carta a mi casa”. Y todo lo que está pasando es que durante un instante estamos sintonizados con la mente. Nuestra mente está presente y es armónica. Antes, estábamos tan ocupados y asombrados que ni siquiera notábamos la brisa. Nuestra mente ni siquiera estaba lo suficientemente quieta como para ver la salida del del sol, que tarde dos minutos y medio. Ahora podemos mantenerla el tiempo suficiente para reconocer y valorar lo que nos rodea. Ahora estamos aquí realmente. Esto no tiene nada que ver con la religión ni con una senda espiritual. Tiene todo que ver con ser simplemente humano.

Para las instrucciones de Sakyong Mipham Rinpoche sobre cómo meditar, pincha aquí…

Visión Shambhala: ¿Qué es Shambhala?

En el Tibet y en muchos otros países asiáticos, se narran relatos sobre un reino legendario que fue el origen del aprendizaje y la cultura par alas sociedad asiáticas actuales. Según esas leyendas, ese reino fue un lugar de paz y prosperidad, gobernado por dirigentes sabios y compasivos. Los ciudadanos también eran amables y educados, de manera que, en general, el reino era una sociedad modelo. Ese lugar se llamaba “Shambhala”.

Base de cordura

Aunque es fácil descartar el reino de Shambhala como pura ficción, también es posible  ver en esta leyenda la expresión de un deseo realmente muy humano, profundamente enraizado, de vivir de forma buena y satisfactoria. De hecho, según muchos profesores budistas tibetanos, ha existido desde hace mucho una tradición que contempla el reino de Shambhala no como un lugar externo sino como la base o raíz  de la cordura y del estado despierto que existe como potencial en toda vida humana. Desde ese punto de vista no importa tanto saber si el reino de Shambhala es realidad o ficción. En cambio podemos valorar e imitar el ideal que representa de una sociedad iluminada.

No tener miedo de quiénes somos

La premisa de la que parte la visión Shambhala consiste en que tenemos que entender lo que tenemos que ofrecer a los demás de forma inherente, con el fin de establecer una sociedad iluminada para los demás. Por eso la base de la tradición Shambhala consiste en no tener miedo de quiénes somos. Ésa es la definición de valentía: no tener miedo de nosotros mismos. Por eso la senda Shambhala es una senda del guerrero. Nos convertimos en guerreros en el sentido original de la palabra: el que es valiente. Desarrollamos intrepidez al aceptarnos a nosotros mismos tal como somos, y de ahí surge una afabilidad profundad y la voluntad de abrirnos al mundo y ayudar a los demás.
Cultivamos esto gracias a la práctica de meditación, y a la senda del Aprendizaje Shambhala. Gracias a estas disciplinas podemos conectar con la afabilidad e intrepidez innatas que poseemos, y quedar inspirados naturalmente para abrirnos al mundo y ayudar a los demás.